lunes, 31 de agosto de 2009

Reencarnación

El viaje eterno. Pero antes una disculpa por no haber estado escribiendo demasiado. Con el verano llegaron los ratitos de vacaciones, los trabajos, los ratos en la piscina.

Estábamos aquí antes, como estamos ahora aquí. Y posiblemente estaremos aquí de nuevo. Por "aquí" me refiero a la vida. Bajarse del autobús de la reencarnación requiere ante todo determinación y algo de karma (o kamma, de lo cual hablaremos en otro artículo). El Buda descifró la forma en la que podemos romper las cadenas del ciclo de vida y renacimiento. Es más, nos mostró el camino a realizar. Básicamente hay que tener en cuenta que el presente surge del pasado, incluyendo las vidas pasadas. El futuro nacerá del presente. Para adquirir una reencarnación favorable hay que ser consciente de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Y también el estado de ánimo en el momento de la muerte.


Pero, ¿cómo funciona la reencarnación?

El universo está formado por sistemas en los que hay varios planos de existencia en los que dioses, humanos, animales y otros seres renacen en su recorrido por el samsara. Se puede estar en el mundo sin forma, en el cual se está como conciencia en estados de felicidad. También está la forma de la forma pura en la que existen los "devas", como los "santos" o dioses. Y luego para terminar está el mundo de los sentidos, en los que nos incluimos los humanos, los animales, las plantas y lo que podrían considerarse como los infiernos. Un ser "renace" en un plano u otro según su karma. Es decir, sus acciones volitivas en vidas pasadas es lo que genera que viva en un un plano u otro. Cuando más noble es el comportamiento, más afortunado será el renacimiento; y cuanto más innoble, menos afortunado será. Por ejemplo, una persona poseída por la avaricia puede renacer en un plano infernal como un "fantasma hambriento" (básicmente como un ser con un estómago muy grande y una boca muy pequeña).


¿Pasamos por la reencarnación? Todos, salvo si eres un Buda o un Arahant o Arahat (ser igualmente iluminado que un Buda, solo que sigue el camino marcado por éste). Con el nirvana en la vida llega el parinirvana.

Posiblemente te preguntas que adónde va una persona que alcanza ese estado. Desaparece, aunque según la tradición Mahayana algunos seres que han alcanzado el Nirvana se retiene del Parinirvana para ayudar a otros seres a liberarse.

Todos los seres que estén atrapados en el samsara renacen. Pero naciendo humano se tiene más facilidad para alcanzar el Despertar. Y si sigues la tradición Mahayana, siempre puedes seguir el camino del Bodhisattva y reservar tu Iluminación final para ayudar a otros.

Como en el artículo anterior hemos hablado de la ausencia de alma, posiblemente te preguntes "¿Qué es lo que renace?".

Contrariamente a las religiones occidentales (Cristianismo o Islam), o incluso a los dictados de los Vedas y Upanishads (textos hinduistas) , no hay un elemento inerte que renazca. Nadie posee un alma eterna o un yo independiente que arrastra una maleta con el karma creado viajando de un cuerpo a otro o de una vida a otra. Lo que hace que renazcamos es la continuidad de la conciencia a un nivel muy sutil. Cada vez que generas karma nuevo, se deja una "huella" en la corriente mental. La conciencia lleva estas "huellas" o "semillas" kármicas a la siguiente encarnacion, que generan si las condiciones son las adecuadas. Una vez que se agota el carma, desaparece del flujo mental.

Aun así puede que te sigas preguntando como puede reaparecer el karma sin una entidad asociada a él. Déjame que te aclare.

Desde la perspectiva de la conciencia, la muerte y el renacer son contínuos, como un río. El karma es como una onda que se eleva, desaparece y reaparece corriente abajo. Cada onda adopta una forma distinta, aunque son todas del mismo agua.


Sobre como determina el karma en qué reino renacemos; sencillamente el carma se dirige al reino con el que mas se identifica, el lugar donde mas posiblemente florezca. De ahí la importancia de purificar la mente en esta vida y de generar buen karma.


Y, terminando ya, para tener una reencarnación favorable hay que procurar eliminar la avaricia, la aversion, etc. En definitiva, angustias mentales que nos atan al samsara. En resumen, dedicando nuestras vidas al despertar

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