lunes, 18 de enero de 2010

Moralidad


Cuando nos enfrentamos a nuestros propios recursos, las decisiones no son siempre acertadas. En consecuencia, Buda expuso las bases de una vida ética. Cultivar el sila o virtud favorece la paz interior y las buenas relaciones, pero va mas alla del simple buen comportamiento. Un buen carácter es la base de la práctica meditativa y elemento indispensable para el despertar espiritual. Purificando la palabra, las acciones y el medio de vida hace que nos situemos en el camino de la liberación.


Términos como moralidad, purificar, virtud.... pueden impresionar al principio, ya que normalmente se suele pensar que el budismo consiste en preparar la mente y no en controlar el comportamiento.

Pero la moralidad o la virtud, como bien expuse anteriormente, es uno de los tres aspectos del Noble Sendero óctuple, además de uno de los paramitas (cualidades que cultivan los seres para alcanzar la iluminación). Al fin y al cabo, la virtud es sólo una mente libre de impurezas. Sila no solo significa moralidad, también disciplina moral. No se puede desarrollar una sin otra. La virtud es el objetivo y el proceso.

¿Recuerda los cinco preceptos? Son recomendaciones para llevar una vida virtuosa. Pero posiblemente crea que para qué seguir los preceptos, si se puede confiar en que la conciencia guía por el buen camino.

Lo cierto es que si la conciencia fuese infalible, no harían faltalos preceptos. Pero lamentablemente, esto no es posible en muchas personas. Mientras no se abrace la sabiduría y la compasion completa de un despierto, habrá que ir recordándose qué comportamiento obedece al bien supremo y no únicamente a los deseos.

Visto así, podría pensarse que los preceptos son una especie de ley divina, y que habrá un castigo si los transgredimos.

Pero los preceptos no son una ley divina. Son guías prácticas para ayudar a adoptar una postura ética hacia el mundo y a comportarnos de manera responsable y respetuoso, por lo que seguirlos es voluntario. El castigo procede del sentido innato de vergüenza y/o del temor moral.

Podría decirse entonces que ser virtuoso es principalmente una responsabilidad social.

Ésa es una parte de la cuestión. La preparacion moral es esencial para el progreso epiritual, para perfeccionar el carácter que conduce al despertar. La virtud es una base firme sobre la que se apoya la meditación, ya que procura la intención clara de seguir una línea moral.

Si se pregunta por las pautas para llevar una vida virtuosa, le diré que el Noble Sendero óctuple estable que hay que tener en cuenta las palabras, las acciones y el medio de vida. Los preceptos para los seguidores laicos sse enumeran en las siguientes

a) No matar: hay que respetar la vida, pero la clave es la intención. Pisar una hormiga sin querer, por accidente, no tendría por qué romper éste precepto.

b) No robar: nos incita a respetar la propiedad ajena y no tomar lo que no nos sea ofrecido; además la avaricia alimenta la idea del yo

c) Abstenerse de una conducta sexual reprobable: exige unas relaciones responsable ( ya sea no cometer adulterio o sexo no consentido) En las comunidades monásticas éste precepto obliga a renunciar al sexo.

d) No hacer daño con la palabra: ya sea con engaños o con cotilleos.

e) No tomar bebidas alcohólicas: bastante ficticio es el mundo que creamos.


Ante éste último precepto, posiblemente piense que no es nada malo tomar alguna bebida alcohólica de cuando en cuando; y que incluso los médicos recomiendan tomar algún vaso de vino. Pero como se ha dicho, bastante ficción creamos por nosotros mismos como para crear más con el alcohol.


Viendo todo ésto, la duda sería que cuál es la recompensa por perfeccionar la virtud. La primera es que no habrá remordimientos. Y no solo habrá paz mental, sino que así se puede contrarrestar la violencia y la crueldad.